segunda-feira, 3 de novembro de 2008

Los matrimonios del mismo sexo y la Iglesia Por el padre John Flynn, L. C.; traducción de Justo Amado

Zenit, domingo, 26 de octubre de 2008


Roma — El matrimonio parece seguir estando en el centro del debate en Estados Unidos. El Tribunal Supremo de Connecticut ha dictaminado que las parejas del mismo sexo tienen derecho a casarse, informaba Associated Press, el 10 de octubre. La sentencia hace de este estado el tercero, tras Massachusetts y California, en legalizar las uniones del mismo sexo.

En Connecticut, una declaración de los obispos católicos expresaba su consternación ante la decisión que impone el matrimonio del mismo sexo por vía judicial. También mostraron su preocupación de que la decisión llevaría a infringir la libertad religiosa. Esta preocupación es precisamente el tema de un libro publicado hace poco sobre el tema de los matrimonios del mismo sexo.

Douglas Laycock, Anthony R. Picarello Jr., y Robin Fretwell Wilson publicaba una recopilación de textos de eruditos en derecho en un forum financiado por el Becket Fund for Religious Liberty. En el libro Same Sex Marriage and Religious Liberty: Emerging Conflicts (Matrimonio del Mismo Sexo y Libertad Religiosa: Conflictos Emergentes” (Rowman and Littlefield), los colaboradores explicaban qué tipo de conflictos pueden tener lugar al establecerse el derecho al matrimonio del mismo sexo.

En su aportación, Marc D. Stern, director adjunto del Congreso Judío Americano, apunta que las instituciones religiosas tienen el deber de “extender la fe” tanto entre sus creyentes como entre otros. “¿Se podrá seguir hablando sin restricciones contra el matrimonio del mismo sexo?”, preguntaba.

Stern observaba que, ya en Canadá, las quejas aceptadas en las comisiones provinciales y federales de derechos humanos han llevado a sentencias contra ministros y otros que han criticado públicamente la homosexualidad.

Instituciones católicas

Stern también planteaba la cuestión de qué ocurrirá con los empleados de las agencias e instituciones de la Iglesia. Las últimas sentencias de los tribunales han obligado a las instituciones católicas a proporcionar cobertura sanitaria para anticonceptivos, de manera que podrían aumentar los problemas para las iglesias cuando se trate de empleados que entren en matrimonios del mismo sexo.

Las agencias de asesoría matrimonial, las clínicas psicológicas y otros servicios similares ofrecidos por las iglesias, pueden tener dificultades a la hora de obtener licencias del gobierno, si adoptan una postura en contra del matrimonio del mismo sexo, advertía Stern. Además, muchas agencias de la iglesia reciben financiación del gobierno, lo que podría ponerles en dificultades si se oponen al matrimonio del mismo sexo.

Stern concluía su escrito diciendo que quienes se oponen al matrimonio del mismo sexo se verán afectados si éste se legaliza y, basándose en las actuales leyes, hay grandes dudas de que quienes disientan sean capaces de escapar a las consecuencias legales.

Charles J. Reid, Jr., profesor de derecho en la Universidad de St. Thomas, reflexionaba sobre la relación entre la religión, el derecho y el estado. Sostenía que el derecho enseña valores a través de comportamientos que sanciona y otros que prohíbe.

El matrimonio, observaba Reid, ha sido ahora desacralizado, pero al hacerlo hemos acabado teniendo un extendido divorcio y un alta incidencia de nacimientos fuera del matrimonio.

Sínodo propõe maior participação feminina

O Estado de S. Paulo, domingo, 26 de outubro de 2008


AFP

O sínodo dos bispos católicos que acaba hoje, no Vaticano, propôs uma maior participação das mulheres na leitura da Bíblia durante a liturgia. Prelados do mundo inteiro, reunidos desde o dia 5, consideraram “desejável que o ministério do leitorado também esteja aberto às mulheres, para que a comunidade cristã reconheça o seu papel no anúncio da Palavra”. As mulheres já realizam leituras nas missas, mas não fazem isso como um ministério oficial. O tema do sínodo foi a Bíblia.

Il laicismo fondamentalista minaccia l’America di Mary Ann Glendon

L’Osservatore Romano, 29 ottobre 2008


Per affrontare i temi della religione e della libertà, non è possibile cominciare senza rendere omaggio a Tocqueville. Dopo la sua visita negli Stati Uniti nel 1831, diceva: “Tutti quelli che amano la libertà dovrebbero affrettarsi a chiamare la religione in loro aiuto. Poiché dovrebbero sapere che non si può stabilire il regno della libertà senza quello dei buoni costumi, né creare buoni costumi senza la fede”.

Oggi è molto interessante notare che queste proposte di Tocqueville sono anche temi centrali nei recenti discorsi di Papa Benedetto XVI. Come americana, confesso che ho sentito una certa fierezza la prima volta che ho ascoltato il Santo Padre lodare il modo americano di organizzare i rapporti tra lo Stato e la religione. Sua Santità ha detto che questo modello (che chiama “un concetto positivo di laicità”) — non solamente permette la coesistenza pacifica tra molte religioni, ma permette loro anche di prosperare.

Durante il suo viaggio a Washington in aprile, il Papa ha trovato “affascinante” il fatto che i padri fondatori americani avessero volutamente creato uno stato laico — non perché erano ostili alla religione, ma “per amore della religione nella sua autenticità che può essere vissuta solo liberamente”. Poi, il Pontefice ha sottolineato che gli americani non esitano “ad introdurre nei loro discorsi pubblici ragioni morali radicate nella fede biblica”.

Il Papa ha descritto l’America come un paese “dove la dimensione religiosa, nella diversità delle sue espressioni, è non soltanto tollerata, ma apprezzata come l’anima della nazione e come una garanzia fondamentale dei diritti e doveri umani”.

Ma, come coloro che conoscono il pensiero di Papa Benedetto hanno già capito, queste parole cortesi erano accompagnate da altre parole, parole di avvertimento. Il Papa è un osservatore troppo acuto per non aver notato che c’è una lotta tra coloro che si sforzano di mantenere il laicismo positivo e coloro che sperano di sostituirlo con il genere di laicità che egli ha lungamente deplorato.

Per quanto riguarda i rapporti tra chiese e stato, la legittimità di ogni forma di cooperazione tra le chiese e gli stati è stata oggi posta in dubbio. Quindi gli ospedali, le scuole, ed i diversi servizi sociali che sono affiliati alle istituzioni religiose si trovano a dover affrontare scelte difficili. Nel Massachusetts, per esempio, nel 2006, Catholic Charities ha dovuto abbandonare il proprio impegno nel settore dell’adozione dopo che lo Stato ha ordinato loro di permettere l’adozione anche a persone omosessuali. Le pressioni sulle organizzazioni a sacrificare i propri principii evidentemente sono forti.

La migliore descrizione della situazione giuridica attuale è probabilmente quella del professore Philip Hamburger (autore di un libro magistrale sulla storia della libertà religiosa negli Stati Uniti): “Il primo emendamento, originalmente disegnato a limitare il governo, è stato interpretato dalla Corte in modo crescente a limitare la religione ed a confinarla nella sfera privata”. Questa interpretazione — basata su un concetto molto individualistico della libertà — ha per effetto di limitare la libertà religiosa di molte persone — persone per le quali la comunità del culto è importante.

Naturalmente, ci sono eccezioni a queste tendenze. Ma non è un’esagerazione dire che, nella situazione attuale, il “modello positivo” di laicità sta lottando per la sua vita.

È forse adesso per voi più chiaro per quale motivo ho dovuto ri-esaminare la mia reazione iniziale alla lode che il Papa Benedetto ha benevolmente rivolto al “modello americano”. È meglio, penso, vedere le sue parole di lode come elementi di una saggia strategia pastorale. Il Papa ha provato a farci ricordare le cose migliori delle nostre tradizioni, ed incoraggiarci a ricuperare la nostra eredità. Quello che da prima sembrava essere una lode era in realtà un’esortazione!

El amor es ‘el motor’ de La transformación social dice el Papa

ACI, domingo, 19 de octubre de 2008

Vaticano — El Papa Benedicto XVI partió en helicóptero hacia el Santuario de la Virgen de Pompeya para celebrar la Santa Misa y recordar en su homilía que el Rosario es el vínculo espiritual con María para permanecer unidos a Jesús.

El Santo Padre meditó sobre la figura de María en los inicios de la comunidad cristiana: “Desde sus inicios, la comunidad cristiana vio en la personificación de Israel y de Jerusalén en una figura femenina un significativo y profético dirigirse hacia la Virgen María, quien justamente es reconocida cual ‘hija de Sión’ y arquetipo del pueblo que ‘encontró gracia’ a los ojos del Señor”.

“Es una interpretación que encontramos en la narración de las Bodas de Caná. El evangelista Juan hace notar en modo simbólico que Jesús es el esposo de Israel, que ha venido a traer la gracia de la Nueva Alianza, representada por el ‘vino bueno’. Al mismo tiempo resalta también el rol de María, que es llamada desde el inicio ‘madre de Jesús’, pero que después el mismo Hijo llama ‘mujer’, anteponiendo a la parentela el vínculo espiritual según el cual María personifica la esposa amada del Señor, es decir el pueblo que escogió para irradiar su bendición sobre toda la familia humana”, explicó el Papa.

“La característica de la civilización cristiana — ­continúo Su Santidad — es la caridad: el amor de Dios que se traduce en amor al prójimo”.

Al terminar su homilía el Papa destacó la importancia del rezo del Rosario: “Es una oración contemplativa accesible a todos: grandes y pequeños, laicos y clérigos, cultos y poco instruidos. Es el vínculo espiritual con María para permanecer unidos a Jesús, para conformarse con Él, asimilar sus sentimientos y comportarse como Él se ha comportado. El Rosario es ‘un arma’ espiritual en la lucha contra el mal, contra toda violencia, por la paz en los corazones, en las familias, en la sociedad y en el mundo”.

sexta-feira, 24 de outubro de 2008

Frei Galvão recebe título de engenheiro


 O Estado de S. Paulo, quinta-feira, 23 de outubro de 2008

Emilio Sant’Anna

O primeiro santo brasileiro agora vai colar grau. No dia 25, ao meio-dia, na Capela do Mosteiro da Luz, em São Paulo, São Frei Galvão vai se tornar o primeiro brasileiro a receber o título Honoris Causa de Engenheiro e Arquiteto, do Conselho Regional de Engenharia, Arquitetura e Agronomia do Estado de São Paulo (Crea-SP).

Desde 2000, o santo é o patrono da construção civil brasileira por ter erguido — no início do século 18 — o Mosteiro da Luz. Ele foi o projetista, empreiteiro, pedreiro, servente, mestre-de-obras, engenheiro e arquiteto do prédio, que hoje é considerado patrimônio histórico da humanidade pela Unesco.

“Com toda a técnica da engenharia de hoje, ele faria muitas outras coisas”, diz o padre Armênio Rodrigues Nogueira, capelão do mosteiro. Ele receberá o título em nome de Frei Galvão.

Cerca de 600 pessoas são esperadas para a cerimônia em que o padre receberá o título das mãos do presidente do Crea. Um telão será instalado na porta da capela para quem não conseguir entrar. Mas, para quem perder, padre Armênio avisa que durante todo o dia as missas ocorrerão de duas em duas horas.

Tensão leva cristãos indianos a conversão

Folha de S. Paulo, sábado, 18 de outubro de 2008

O recrudescimento das tensões entre hindus e cristãos no leste da Índia está levando centenas a se converter ao hinduísmo, religião largamente majoritária no país. O agravamento da situação levou o premiê Manmohan Singh a alertar, na última segunda, que a violência religiosa é um risco à integridade nacional e ameaça os “valores fundamentais” do país.

Segundo a agência oficial IANS, o caso mais grave é no Estado de Orissa, onde pelo menos 36 pessoas morreram e 2.400 casas e 120 igrejas foram parcial ou totalmente destruídas desde o final de agosto, quando a morte de um líder hindu desencadeou a onda de violência contra os cristãos. Estima-se em mais de 600 os já convertidos ao hinduísmo.

Há ainda registros de violência em outros Estados, e centenas de mortes por toda a Índia nos últimos meses são atribuídas a motivações religiosas. No mosaico religioso, étnico, lingüístico e de castas indiano, 80% dos cerca de 1,1 bilhão de habitantes são hindus; 14%, muçulmanos; e 2,4%, cristãos.

Voltou a Missa em latim: Deo gratias


Revista Panorama, quinta-feira, 23 de outubro de 2008

Carlo Rossella

A celebração na língua antiga, acompanhada por cânticos gregorianos, é uma delícia para o espírito. Tem um grande passado e é destinada a um grande futuro. Eis porque agrada, além dos tradicionalistas e os aristocratas, aos jovens. E também a Madonna e Elton John.

Tenho profundas razões afetivas ao retornar a Pavia, a minha cidade, nos finais de semana. Mas entre tantas, há uma que prezo muito: a missa em latim, segundo o rito de São Pio V, celebrada todos domingos às 9:30 na igreja de San Giovanni Domnarum por Gianfranco Poma.

Poma, biblista, professor no Seminário episcopal, é um sacerdote extraordinário, culto, aberto ao moderno, mas muito atento à tradição. Com um pequeno grupo de dedicados intelectuais católicos, soube e quis organizar a celebração, que se tornou possível após o motu proprio do Papa Bento XVI.

Poma fez uma pesquisa sobre as peculiaridade do rito, bem diverso em tantas pequenas particulares da missa comum em italiano. Os fiéis, por exemplo, ajoelham-se à mesa da Comunhão para receber a Sagrada Eucaristia.

Ao lado do esplêndido latim da Missa, existe a música gregoriana, a que acompanhou o rito tridentino desde 1570 até 1969 quando, após o Concilio ecumênico Vaticano II, o Papa Paulo VI aboliu o latim. Tal medida provocou, como se sabe, a recusa de uma parte dos fiéis católicos, guiados pelo ex-arcebispo de Dakar, Marcel Lefebvre, fundador da comunidade cismática de São Pio X e do seminário tradicionalista de Econe, na Suíça.

Sem embargo, freqüentando-a regularmente por obrigação religiosa, dado que sou católico praticante, nunca gostei da missa em língua local, ou seja, a missa pós-conciliar, com cânticos populares, descontando as ladainhas, violões e em certos países também tambores, como na famigerada Missa Luba.

Fui educado na religião católica com a Missa tridentina e considerei aquela nova como uma dilaceração. Sempre atribuí à queda do latim, do gregoriano, do rito um pouco misterioso da missa antiga à crise de vocações e tudo que aconteceu na disciplina e na vida dos sacerdotes.

Por todas estas razões, freqüentemente e de bom grado, participei de missas tradicionalistas, ou seja, lefebvrianas [sic], mas o meu confessor nunca me censurou.

Atualmente, muitos religiosos não falam latim, uma língua que, pelo contrário, renasce nas universidades norte-americanas mais prestigiosas, na Sorbonne e nos grandes ateneus alemães.

Na Itália, em algumas cidades, inclusive pequenas, celebra-se a missa antiga, porém certos prelados a obstaculizam, são parcimoniosos em conceder autorizações, quiçá por ignorância. Tal fenômeno não é apenas italiano, mas também francês, e o Santo Padre, desde Lourdes, exortou os bispos transalpinos a aceitar a missa em latim e a não criar muitas histórias.

Em Paris, porém, sempre assisti a esplêndidas missas em latim, sobretudo as da primeira sexta-feira do mês, na capela tradicionalista de Saint Dominique na rue de Pernéty, onde se presta homenagem ao cura d’Ars, um santo venerado pelos cultores do antigo missal.

A missa em latim, que em Roma está na moda entre os aristocratas da velha nobreza negra (a princesa Alessandra Borghese não perde uma) e entre os jovens nobres (o príncipe Francesco Moncada di Paternò), tem um grande passado, mas está destinada a ter também um notável futuro, visto o número crescente dos jovens que em toda Itália seguem o rito tridentino.

A melhor missa, no momento, é, dizem-me, a que se celebra todos os dias na igreja da Misericórdia, em Turim, mas também em Roma, na via Leccosa, atrás do Palácio Borghese, esforçou-se para tornar o rito esplêndido e muito ancien regime.

No Vaticano se fala em baixo tom da missa em latim, mas há, nos vértices, quem a celebra com prazer e com um certo espírito de desforra. É belo ver velhos padres e monsenhores aproximar-se do altar e recitar em latim: “Subirei ao altar de Deus, alegria da minha juventude” (Introibo ad altare Dei. Ad Deum qui laetificat iuventutem meam).

Para um católico, de qualquer idade, a fé em Deus e o seu amor mantém sempre jovens e entusiastas. Quem crê é otimista e mais sereno do que quem é agnóstico e inclusive ateu, sobretudo nesses tempos sombrios de aproveitadores financeiros e crises econômicas. Eu que havia esquecido de todo o ritual da missa de São Pio V, após haver escutado duas ou três não tive mais necessidade do livreto e respondi sem problemas ao sacerdote.

O retorno à tradição não diz respeito somente a missa, mas também a bênção dos fiéis, com Tantum Ergo, o pluvial suntuoso, o incenso em grandes quantidades e água benta. Obrigatório, no fim do rito, o cântico da Salve Regina, oração esplêndida em latim.

Em algumas comunidades se está por voltar aos funerais com os paramentos negros e prata e as ladainhas dos defuntos em latim. A missa tridentina é uma verdadeira delícia para o espírito.

E tem também uma sua estética. Para os homens aconselha-se o terno escuro com camisa branca e gravata escura. Às senhoras se aconselha o véu negro que cobre as orelhas, mas põe em relevo a face e os olhos. Encontram-se ainda véus bordados ou em tules nos gavetões da avó ou em certas lojas do interior, a côté dos santuários ou catedrais.

Às moças, pelo contrário, convém um véu claro, como levavam outrora nas procissões as crianças da Ação Católica.

A única desvantagem da missa em latim em comparação com a em italiano é a duração: ao menos 20 minutos a mais, dado que há muito mais a pedir ao bom Deus.

Iudica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta, ab hómine iníquo et doloso érue me. Quia tu es, Deus, fortitudo mea: quare me repulisti, et quare tristis incedo, dum affligit me inimmicus?

Assim se reza em latim. Deo gratias.